jueves, 20 de noviembre de 2014

The Man In The Orange Jacket (Aik Karapetian)

Valoración:2/10

Dan es despedido de su trabajo. Su frustración, rabia e ira conducirán sus pasos hacia la casa de su jefe, dispuesto a quebrar su existencia de una forma incluso más brutal de la que ha roto su estilo de vida. Tras un sangriento encontronazo, la imponente y fastuosa mansión será ahora nuevo hogar. Pero la venganza no será sino la primera para de su viaje. La soledad de la mansión comenzará a jugarle malas pasadas, a jugar con su mente y sus miedos más profundos.

Desde Letonia nos llega esta producción firmada por un director de Armenia, Aik Karapetian. Este trabajo le ha colocado en el punto de mira y primera línea del cine internacional de terror, al haber pasado su película por diversos festivales de género, triunfando y rindiendo a sus pies a la crítica en unos, y sufriendo el abucheo en otros (como la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián donde consiguió un escaso 2,25/10 en el premio del público). Es sin duda un film controvertido y que invita a cualquier sensación menos a la indiferencia.

Su principio y final, con un gran ritmo y estupendamente filmados, son los únicos tramos en los que “The Man In the Orange Jacket” es una película de terror al uso. Toda la parte central del film resulta sosegada al extremo, sin apenas personajes ni diálogos, onírica incluso, pese a estar virtuosamente filmada, conduce al sopor absoluto en su muy particular viaje a los infiernos de la culpa. Puede traernos reminiscencias del universo de Lynch, hacernos viajar en el recuerdo al hotel Overlook de “El Resplandor”, pero su narrativa es tan confusa, tan dispersa y con tan poco gancho para el espectador, que lo artístico se pierde en el eco de un bostezo entre las nieves y la audiencia torna su mirada a las saetas de unos relojes que parecen haberse detenido haciendo al film eterno pese a su corta duración.

Un trabajo extraño y no apto para todos los paladares de un director que apunta maneras pero que, bajo mi punto de vista, peca de pretencioso en sus formas.

Enoch.
Trailer: 

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