Pese al ardiente brillo de un omnipresente sol, corren
tiempos oscuros en Barcelona. Extrañas fuerzas están tomando posesión de
numerosos habitantes de la ciudad, demoníacas presencias buscan humano
recipiente y preparan el advenimiento de un maligno fin de los tiempos. Sólo el
pastor Eloy y su acompañante, la joven Alba, parecen tener el don de sanar a
los infectados por el mal, expulsar las presencias del averno… Ambos comienzan
un viaje, un camino contra reloj que descuenta la esperanza de una humanidad
condenada.
La película, dirigida por Marc Carrete, tiene un
planteamiento, una idea de base, altamente interesante, mas el resultado es
decepcionante.
Lo mejor de “Asmodexia” es su parte más técnica en la que
las localizaciones están bien elegidas, así como la dirección artística,
fotografía y maquillaje son de correcta factura y efectivo resultado.
En su contra juegan un guión errático, confuso, que
sugiere pero no explica, y que pese a lo potente de lo narrado, no consigue
enganchar al espectador ni suscitar su interés. El trabajo de su elenco de
intérpretes tampoco ayuda, con unas creaciones muy poco creíbles y faltas de la
intensidad requerida para encarnar semejante historia. Para terminar de
desvincular a la audiencia de lo narrado, falla también en su ambientación
musical, exagerada en los climax que pretende crear obteniendo así el resultado
inverso al deseado.
En conclusión, una buena idea que no llega a buen puerto,
con varios detalles técnicos interesantes pero que no salvan el film del
naufragio absoluto al ser fallidos varios de los pilares más importantes. A
evitar.
Enoch
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