sábado, 3 de octubre de 2015

Sparrows (Rúnar Rúnarsson)

Título original: Sparrows
Año: 2015
Duración: 99 min.
País: Islandia

Director: Rúnar Rúnarsson
Guión: Rúnar Rúnarsson
Música: Kjartan Sveinsson
Fotografía: Sophia Olsson

Reparto: Atli Oskar Fjalarsson, Ingvar Eggert Sigurðsson, Kristbjörg Kjeld, Rade Serbedzija

Productora: Coproducción Islandia-Dinamarca-Croacia; Nimbus Film Productions

"Sparrows" es un viaje, físico, mental, emocional y vital de un joven que, acostumbrado a vivir en Reikiavik junto a su madre, ha de abandonarlo todo para regresar al hogar paterno, en los Fiordos, una granja en un área rural alejada de la gran ciudad, sus usos y costumbres.
Una vez allí el adolescente habrá de encontrar su propio lugar en el único entretenimiento de la zona aislada, el encuentro social. La relación con su padre, quien lleva una vida de alcohol, excesos y abandono, no será fácil, ni el reencuentro con aquellos que fueron sus amigos de la infancia, lazos que tampoco se retomarán de forma sencilla, sólo su abuela parece acogerle con los brazos abiertos. El protagonista habrá de adaptarse al nuevo lugar, la nueva vida en un entorno disfuncional, viciado y opresivo pese al infinito del paisaje que le rodea.

Rúnar Rúnarsson (Anna, Volcano) escribe y dirige esta dura propuesta cinematográfica que se ha alzado con el máximo galardón den la 63 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, la Concha de Oro a la mejor película, un premio discutido en una edición discutida por muy polarizadas propuestas en su Sección Oficial a concurso.

La película, pese a lo sencillo de su idea, funciona muy bien en su atmósfera, pues ese cambio de vida, ese viaje iniciático hacia la sordidez está narrado con mimo y detalle, contraponiendo, muy sabiamente, lo hermoso de unas tierras y sus paisajes, con la oscuridad interior de sus habitantes hastiados. Para ello cuenta con un buen trabajo de todo su elenco, especialmente de su joven protagonista que mucho sabe expresar incluso cuando sus palabras son el silencio o el mero canto, canal para sus emociones (de especial belleza es la escena que interpreta dentro de un silo, cantando en la oscuridad, en la que, en el aislamiento dentro del aislamiento, parece hallar la paz).

Quizás en su contra lo que más puede jugar es su ritmo, su pausado desarrollo, y cómo es en su tramo final, cuando acelera realizando sus giros más desgarradores abofeteando al espectador relajado (y alguno aburrido) en la cara y causando un más que profundo impacto.  Pese a ello, y no pensarla como una gran joya, logra su poso en el recuerdo tras su visionado y gana en la memoria y posterior análisis. Interesante.

Enoch
Valoración:6/10
Trailer:

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