Una profesora, tras descubrir unos pequeños hurtos
realizados en su clase, trata de forma firme de inculcar a sus alumnos ética y
moral, de transmitir que nada justifica el delito. Pero la vida será a ella a
quien ponga a prueba, pues, debido a una mala gestión de su marido, está a
punto de perder todas sus pertenencias y habrá de conseguir en un plazo mínimo
ingentes cantidades de dinero para no verse, ni ella ni su familia, en la
calle. ¿Será igual de firme con la aplicación de la ética para su propia vida?
Desde Bulgaria llega esta película pequeña escrita y
dirigida por Kristina Grozeva y Petar Valchanov que ha sabido hacerse con el
favor del público y de los jurados en los festivales por donde ha pasado, como
avala el (merecido, a mi entender) premio “Nuevos Directores” con el que se
alzó en la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián.
La sencillez de su planteamiento, la universalidad de su
relato y la fácil empatía en tiempos de dificultades económicas que despiertan
sus personajes y sus vicisitudes (sin caer en tremendismos ni en situaciones de
lágrima fácil), hacen de esta narración algo cercano y disfrutable. Pero tal
narrativa no tendría el efecto deseado sin un buen reparto, y la galería de
actores y actrices, sobre todo su protagonista femenina, terminan de dotar de
verosimilitud a un producto que navega entre el más puro drama y el más intenso
thriller cotidiano.
Cine pequeño, sencillo, cercano y cargado de verdad y
buenas formas. No innova, pero sí interesa, bastante.
Enoch
Trailer:
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