Una joven se encuentra perdida y todo parece confabularse
en su contra en la delicada edad de 16 años. Su entorno familiar con el que
convive en un barrio humilde la asfixia, su fracaso escolar es inminente, y su
vida social, insatisfactoria.
Tras abandonar el colegio se arriesgará a acercarse a un
popular y agresivo grupo de chicas con las que no tardará en congeniar, con las
que nacerá un sentimiento de pertenencia, aunque el precio sean las peleas
callejeras, los robos… Ahora está en la “banda de chicas” y nada puede
detenerla, prueba el poder y a él se aferrará camino a la edad adulta.
Céline Sciamma cierra el círculo de personajes femeninos
en desarrollo que ya empezara con “Los Lírios del Agua” y “Tomboy” con este
estudio de la adolescencia desgarrada y luchadora. Destaca en el trabajo de
esta autora la capacidad de tomar rostros desconocidos de la calle, de los
mismos suburbios y tornarlos en interpretaciones memorables por lo verosímil de
sus creaciones, y ese factor, en “Bande de Filles”, como en sus anteriores
films, brilla por sí mismo.
La película se siente dividida en dos partes, y
desafortunadamente, la primera de ellas despierta mucha más empatía en la
audiencia y es mucho más disfrutable y redonda (a destacar especialmente los
minutos de metraje donde suena el tema “Diamonds” de Rihanna, mucho queda dicho
sin una sola frase de diálogo creando una escena que perdura en la memoria). La
segunda mitad, pese a que podía ser más densa argumentalmente por los hechos
que presenta, se percibe confusa y atropellada, sin una intencionalidad clara
consiguiendo incluso aburrir al espectador en algún tramo.
Con todo ello, “Bande De Filles” es un film un tanto
alargado, pero agradable de ver, que dista de ser redondo pero que tiene algún
que otro momento brillante, unas interpretaciones interesantes, y alguna que
otra escena a subrayar aunque el conjunto se tambalee. Pasable.
Enoch
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