El río Enguri, conflictiva frontera natural entre Georgia
y Abjasia, en su época de lluvias puede llegar a formar islas de notables
dimensiones con los sedimentos arrastrados, siendo esas recién nacidas tierras,
de gran fertilidad. En una de ellas desembarcará un anciano, y comenzará a
trabajar en un asentamiento que, tan pronto como esté listo, será su hogar
junto a su joven nieta, con quien trabajará la tierra y forjará una vida, aislados
de la humanidad y sus conflictos.
George Ovashvili firma la dirección de esta muy peculiar
y bella película narrada desde la belleza y el silencio en un tono de cuento
agridulce que le permitió alzarse con el Gran Premio del Festival de Karlovy
Vary y proyectarse dentro de la sección Zabaltegi del 62 Festival Internacional
de Cine de San Sebastián.
Muchas son las virtudes de esta atípica película. Entre
todas ellas destacaremos lo cuidado y hermoso de una fotografía espectacular
que nos deslumbra con su calidez y será pincel de estados de ánimo y tono del
film. Por otra parte, subrayaremos el buen hacer de su pareja protagonista, que
con apenas diálogo alguno, crean unos personajes con una gran evolución a lo
largo del metraje y con mucho que contar. La gestión de sus silencios susurra,
ligada a la naturaleza y el entorno, los encuentros y desencuentros entre
ellos, o con tropas de uno y otro bando, un abanico de sentimientos e historias
que traspasan la pantalla.
Este exitoso cocktail de elementos se liga mediante un
guión y montaje que consiguen que, pese a lo pausado de su narrativa, las
escasas conversaciones y lo (aparentemente) poco que cuenta, la película se
haga muy amena, entretenida e intensa y que pueda ser leída como un mero cuento
sobre el ciclo de la vida, ir más allá y sumergirse en sus diversas capas
sugeridas dotándole de un significado mucho más profundo e intrincado.
Una joya extraña, un cálido poema altamente disfrutable.
Enoch
Trailer:
muy apetecible
ResponderEliminarRealmente es una opción interesante y diferente, con un lenguaje más allá de las palabras y un mensaje universal, para nosotros fue una grata sorpresa.
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