Un bañista alemán desaparece ahogado bajo las aguas. Su
amigo, que le acompañaba en ese momento, y el socorrista que lo dará todo por
salvar su vida, se conocerán en intensas circunstancias en una playa de Brasil,
y este trágico destino no parece azar. La desgracia unirá en una primera
instancia sus caminos, pero pronto será el deseo, y el amor mismo quien los
hará inseparables. La vida pronto exigirá sus demandas, y decisiones habrán de
ser tomadas, la elección es forzosa, ¿Brasil?¿Berlín? ¿Enfrentar la realidad y
compartir con los suyos la naturaleza de su amor, o la huída?
“Praia Do Futuro”, dirigida por Karim Aïnouz, y escrita
por él mismo junto a Felipe Bragança es un viaje, no por el amor de un momento,
sino por la evolución de dos personas desde la juventud a la madurez.
En su favor juega la buena labor de la pareja
protagonistas, Wagner Moura y Clemens Schick, creíbles en cada paso del camino.
Igualmente la película brilla en sus aspectos más filosóficos, en sus
reflexiones más profundas, y en lo virtuoso de lo visual de varias de sus
escenas (mezcla ideal de estos dos aspectos son las secuencias de las motos en
la brumosa carretera).
Su punto más débil y que resta calidad al conjunto es, a
mi entender, el guión. La gestión de los tiempos es confusa y genera varios
momentos en los que el espectador no sabe muy bien qué ha sucedido entre los
distintos personajes, o qué lapsus de tiempo ha transcurrido entre una escena y
la inmediatamente posterior. Ligado a esto encontramos el sacrificio de
explicaciones sobre cómo y por qué llegan los protagonistas a un punto u otro
de su relación. Esto impacta directamente en la credibilidad de la historia y pisa
el freno de la empatía con la audiencia teniendo esta que “dar por hecho”
demasiadas cosas o “rellenar huecos” demasiado cruciales en la historia.
Pese a ello es un film de agradable visionado con unas
prometedoras formas y un fondo interesante
pese a lo poco estructurado. Pasable.
Enoch
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