Alicia, una niña de doce años víctima de un fatídico
cáncer terminal sueña con poseer el traje oficial de la serie de animación de
la que es fanática, “Magical Girl Yukiko”. Su abnegado padre, un profesor en
paro, tratará de hacer lo imposible por cumplir sus últimas voluntades, pero el
elevado precio del vestido le obligará a, para conseguirlo, tomar sendas alejadas
de toda moral o ética.
Bárbara es una joven de oscuro pasado que arrastra diversos
trastornos mentales y vive a la sombra de su marido y psiquiatra, a la par que
en la memoria de un profesor de su infancia en el que dejó huella imborrable.
Dos vidas truncadas por el dolor, dos mujeres y su
entorno cuyos caminos, un destino en absoluto caprichoso, sino perversamente
morboso, habrá de cruzar con inesperadas consecuencias.
Carlos Vermut escribe y dirige magistralmente una
historia sorprendente y perturbadora que dejó con la boca abierta a jurado y
público del 62 Festival Internacional de Cine de San Sebastián y le permitió
alzarse no sólo con el máximo galardón como director, sino con la muy merecida
Concha de Oro a la mejor película.
Muy a destacar es el fantástico trabajo realizado por el
elenco de actores al completo, sobre todo su cuarteto protagonista, Luis
Bermejo, José Sacristan, Lucia Pollán y una impresionante Bárbara Lennie. Todos
ellos consiguen mostrar un inagotable abanico de emociones y transmitir no sólo
con cada línea de su texto, sino con cada mirada o nimio gesto. Es más, la
gestión de sus silencios, de sus secretos, de aquello que ni el guión ni sus
labios cuentan, está espectacularmente conseguida de una forma perversamente
sugestiva.
Vermut despliega sus fichas, sus personajes, sobre un
tablero de vidas rotas y va construyendo sus caminos uniendo pieza a pieza
enigma con incógnita, secreto con silencio… entregando y sugiriendo lo
suficiente para atrapar al espectador en su red, haciéndolo empático cómplice,
creando la inconsciente sensación de estar montando, junto al director y sus
actores, el puzle de una historia que, a medida que avanza, va calando en la
audiencia, generando intranquilidad y desasosiego. El entrelazado de las
historias, la inevitable colisión entre personajes, el formato y perspectiva de
esas escenas y el máximo cuidado del detalle en las mismas sumado a un perfecto
equilibrio entre lo que cuenta, y los huecos que obliga al espectador a
rellenar hacen de este producto algo absolutamente redondo y perdurable, que
una vez captura la atención y el ánimo de la audiencia no lo suelta hasta su
espectacular catarsis final.
Interpretaciones, guión, ambientación y montaje consiguen
hacer de este thriller un ejercicio de estilo con un magnetismo y una maldad
subyacente que resulta morbosamente hipnótica, perversamente atrayente. Vermut
crea una historia fantástica llena de unos personajes con un inusitado nivel de
profundidad y claroscuros donde víctimas son vampíricos verdugos y héroes
villanos, donde nada es lo que parece y el mal siempre acecha.
Perversa, viciada, enfermiza, susurrando desde el lado
más oscuro del ser humano sin miedo.
A mi entender uno de los films más arriesgados e
inteligentes del año. Una obra redonda altamente recomendable. Imprescindible.
Enoch
Trailer:
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