Un hombre, de grandes responsabilidades profesionales en
el área de la construcción donde trabaja, termina su jornada laboral.
Inmediatamente después se pondrá tras el volante de su vehículo, conducirá
hacia un nuevo destino, a través de una noche llena de tinieblas donde, habrá
de enfrentar, no sólo los peligros de la carretera, sino los más cruciales
retos personales, emocionales y profesionales con el teléfono y el tiempo como
principal aliado y enemigo.
Steven Knight sorprende con una película pequeña,
claustrofóbica y, a la vez, llena de fuerza e intensidad. Para ello utilizará
la mínima expresión de recursos técnicos y visuales, pero maximizará el poder
de un guión cuidado al detalle (escrito por él mismo) que parte de lo cercano y
cotidiano para capturar la empatía de la audiencia y hacer que el espectador
sea copiloto de ese viaje a lo más oscuro de la noche y el alma, que sienta ese
creciente desasosiego y esa
incertidumbre sobre cuál será el destino final de una noche eterna.
Pero de nada serviría tan buen hacer en el entramado del
film sin un rostro capaz de transmitir, en primera persona, en primer plano,
las emociones subyacentes. Tom Hardy (Warrior, The Drop..) es el absoluto
protagonista de la película y piedra angular de la misma. Gracias a él el conjunto
funciona y despliega eficazmente toda su fuerza, demostrando así las
capacidades interpretativas de un actor que alcanza un nuevo nivel con este
proyecto.
“Locke” es, con todo ello, una pequeña gran película, una
de esas pequeñas joyas, discretas sorpresas, que dan brillo a la cartelera de
vez en cuando.
Enoch
Trailer:
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