En 1999 una serie de misteriosos asesinatos aterrorizan a
la población China. Cuerpos desmembrados que aparecen en las minas de carbón y los
investigadores no son capaces de dar con el culpable. Cinco años después aquel
que fuera encargado del caso sin resolver ha abandonado ya el cuerpo de policía
y es un mero guarda de seguridad alcohólico y, para su sorpresa, aquellos
crímenes que le hicieron caer en desgracia están más presentes que nunca, y su
decisión de dar con la solución y despejar las incógnitas, totalmente viva…
El festival de
Berlín ha sido el trampolín internacional para esta producción china dirigida y
escrita por Diao Yinan al alzarse, en su edición 2014, con el máximo galardón a
la mejor película y mejor actor para su protagonista, Liao Fan.
La crítica se ha rendido ante el original planteamiento del
film, pero, en esta ocasión, la opinión de la audiencia parece posicionarse en
el extremo contrario, como quedó patente en su participación en el 62 Festival
Internacional de Cine de San Sebastián, donde competía por el premio del
público y sufrió un estrepitoso fracaso.
Pese a lo interesante de su planteamiento argumental, las
formas narrativas hacen de esta película un producto difícil de ver y
disfrutar. Su ritmo de cadencia extremadamente pausada hacen que un tema más
propio de un thriller trepidante se disperse en bostezos, lo que sumado a una
ingente galería de simbolismos inaccesibles para el público medio occidental,
por el abismo cultural que lo separa del film, hace que el espectador se sienta
perdido y en demasiadas ocasiones no capte qué es lo que la obra intenta
contarle.
Lo errático del tono tampoco ayuda a su disfrute, su
viaje del drama al thriller, del romance a la (involuntaria, me temo) comedia…
la deja en tierra de nadie. Ni siquiera lo estético y visual, que esperábamos
más virtuoso y bello de lo que finalmente resulta, la salva.
Nunca las expectativas creadas por el éxito obtenido en
festivales se lo ponen fácil a films de estas características elevando
listones, y en el caso de “Black coal, thin Ice”, he de sumarme a la opinión
del público, que no a la de la crítica, y reconocer que, para mi gusto y
entender, resultó una película fallida, tediosa y confusa. A evitar.
Enoch
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