Valoración: 7/10
La película, dirigida por el siempre interesante Rodrigo García (quien firmara películas como “Cosas que diría con sólo mirarla” o “Nueve Vidas”, entre otras), es una coproducción entre Reino Unido e Irlanda que nos retrotrae en el tiempo al siglo XIX y se viste de confusión de géneros.
Presentada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, fuera de concurso y coincidiendo con la entrega del premio Donostia a su protagonista, Glenn Close, tuvo un encontrado abanico de reacciones entre crítica y público pero una notable admiración hacia el trabajo actoral de su equipo, que se ha ido reflejando a lo largo de su carrera con numerosos premios y nominaciones, no sólo a su mencionada protagonista, sino también a su compañera Janet McTeer así como notables reconocimientos a su guión y maquillaje.
El film nos ubica en un lujoso hotel de Dublín, donde conoceremos a una amplia galería de personajes, tanto clientes como trabajadores del lugar, pero se centrará en la figura que da nombre a la película, “Albert Nobbs” (Glenn Close), una mujer que se hace pasar por hombre para poder sobrevivir y mantener su status laboral como una de las principales piezas del personal del hotel. Viviremos su soledad, sus relaciones, su concepción tan personal del mundo, el que le rodea, y el que habita en su interior.
Un argumento sencillo pero controvertido y lleno de matices, dada la época en que se desarrolla la acción. Unos personajes que fácilmente despiertan el cariño o la animadversión del público, y, sobre todos ellos, una Glenn Close que borda una de las interpretaciones más memorables del año. Un personaje creado a través del detalle, oculto tras un muy cuidado maquillaje pero asentado en una actuación intachable, impecable, atenta a cada pequeño gesto, susurrando emociones, inocencia y pesar en cada mera mirada, en cada mero parpadeo.
Si algo me resulta criticable en esta producción es que quizás más de una subtrama, más de un personaje secundario, están desaprovechados (no es el caso de la citada J.McTeer y su afortunada intervención) y podían haber creado un trasfondo, un marco social y emocional mayor para el nudo de la historia que se nos cuenta.
En conjunto, una película pequeña que su actriz principal hace grande. Un film discreto, pero cuidado al detalle. No es una joya, cierto, pero sí un pedazo de buen cine.
-Enoch-
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