Aislada en esta blanca habitación acolchada
Rígida camisa de fuerza.
No moriré ahí dentro
Sálvamae sonriente Jesús,
Baja de la cruz.
No me preocupa ser odiada y estar perdida
con la luz apagada.
No me digas que te estás restableciendo
con esas estúpidas sesiones freudianas.
Humildemente agacho la cabeza
Hay ratas por todas partes
Alimentándome de pan y agua
no moriré encerrada.
Dirán que tome las píldoras,
Placebos para el cerebro.
Dirán que finjo mi enfermedad.
Dirán que se está alargando demasiado
este estúpido juego.
No me interesa lo que te hayan diagnosticado
No me importa luchar contra el mundo
lleno de psicópatas mendigando
otro litro de sangre, otro gramo de conocimiento
inconsciente que les calme.
No moriré ahí dentro, no adormeceré mis pensamientos,
no alimentaré sus egos.
-N.o.e-
No hay comentarios:
Publicar un comentario